jueves, 17 de noviembre de 2011

Los e-libros que queremos

Parece ser que el mundo editorial comienza a entender qué significa el formato electrónico, por qué puede ser un negocio y qué sentido nuevo tiene la lectura en él. Ediciones B pone a la venta libros digitales desde 1,99 € y además sin protección anticopia. La piratería requiere soluciones como esta, que la hagan innecesaria. ¿Por qué tenemos que pagar formatos caros y anticuados,  cuando la digitalización ofrece un sistema barato y con grandes prestaciones de lectura? La muerte del formato papel significa el nacimiento de un nuevo modo de ser lector y consumidor de libros. En España las editoriales no acaban de aceptar lo que en Estados Unidos ya es un hecho imparable y que va desarrollándose mucho más deprisa de lo que se pensaba. Bajarse de internet un libro, previamente digitalizado de forma ilegal, no era como muchos pensaban, un acto de simple bandolerismo, sino una forma de exigir a la industria editorial una nueva relación con sus clientes.

El bandolero nació como reacción a un sistema latifundista y explotador. Era más provechoso social y económicamente echarse al monte. Todavía hoy algunos «señoritos» no se han dado cuenta de que mandando a la Guardia Civil (o ley Sinde) a luchar contra el bandidaje no se soluciona el problema. No entienden que la mejor solución para que se abandone esa delincuencia consiste en subir al monte y ofrecerle un buen trabajo con un salario digno. Hoy en día, gracias a internet, el cliente puede oponerse y luchar de forma, a veces demoledora, contra los grandes inmovilismos culturales. Para acabar con la copia ilegal se necesita una nueva legalidad, donde el lector y el autor sean los que decidan cómo, dónde y qué leer. Para ello el e-book se tendrá que poner en el mercado a su precio real, cosa que todavía en España está por llegar, y ello provocará su venta masiva. Y se venderá de esa forma porque valdrá casi lo mismo comprarlo que, por ejemplo, ir a consultar el libro a una biblioteca, con el gasto que supone en autobús/gasolina y el tiempo de transporte. Y será mejor comprarlo que bajarlo cuando la descarga legal ofrezca calidad, facilidad de acceso y buenos servicios (es decir, todo lo contrario de lo que es Libranda). O bien nos apuntaremos al streaming (lectura sin descarga, como el Spotify en música), que parece ser ya está preparando Planeta.

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