domingo, 27 de mayo de 2012

Poemario 6

Constancia de la poesía
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esta poesía. una más.
la  poesía que impide ver lo que pretende mi escritura. su autenticidad está entre el teclado y la mano permanentemente conectados por el aire y la voluntad del movimiento. la conciencia de la distancia.

el papel escribe la historia de los ojos.
y lo permite con el disfraz activo de todos los días.
la fractura, el continuo devenir, el segmento, todo tiene la unidad del labio.
este es el momento de la tiza, eligiendo qué latido de qué noche de verano.

existe la gravitación que pega los recortes y los estímulos de destrucción y de escucha, unificados, dichos. existe lo que tú digas.

siempre se comunica, se transmite, me estás oyendo aunque no tengas suficiente,
los estorninos matan sus masificaciones contra mis ventanas y tú me sigues oyendo.
siempre están tus relojes en los puntos de venta exactos.

leo. la voz del naranjo también. están esperando nuevas posibilidades. la dominación de un momento no impide que pueda dejarlo. tan minuciosamente puedo ver el talco. pero me resisto a mostrarme. leyendo para poetizar el verano de la mentira. girando. volverá. brotación. creciente.

en la pérgola bajo la buganvilla. miro los perros y el huerto. todo lo que crece.
el libro que tiene la importancia de la continuación de lo que pasa.
han venido todos,
podemos empezar de nuevo.
tantas veces. todos los días. su vertiente de acrópolis siempre. todos los días.













sábado, 19 de mayo de 2012

San Agustín y el aborto

El tema del aborto va a constituirse de nuevo en debate social con las medidas que ha anunciado el gobierno del Partido Popular, que de hecho pretende recuperar el pensamiento moral católico del que es deudor. Por ello, me parecía necesario hacer un breve estudio sobre la noción del aborto en la tradición católica comenzando en esta entrada por San Agustín, que será el primero que fundamente la llamada animación retardada, concepción que tomará después Santo Tomás y que en el Concilio de Vienne del 1311/12, será aceptada por la Iglesia hasta el siglo XIX en el que se cambió a la animación inmediata, que es la que hoy en día sostiene. Lo que me interesa de todo ello sobre todo es el concepto de persona y de vida humana, el auténtico debate que muchas veces se soslaya para situarlo exclusivamente en el terreno sociológico o jurídico. La Iglesia no ha sostenido siempre la misma teoría que ahora defiende, y de hecho, la animación retardada está muy próxima a los que ahora defendemos la libertad de conciencia para que la mujer decida libremente abortar o no. La vida humana no es el ADN individualizado, sino la interacción del organismo y el medio social, es decir, percepción en un contexto determinado. El individualismo orgánico frente al individualismo socioorgánico. Pero veamos cómo lo afrontó San Agustín.

 Antes de entrar en este autor es necesario echar una ojeada a Aristóteles, ya que constituye la referencia fundamental que después utilizará la tradición católica. «En cuanto a la exposición (ἀποθέσεως, abandonar, apartar) y crianza de los hijos, debe existir una ley que prohíba criar a ninguno defectuoso; y en el caso de un número grande de hijos, si la norma de las costumbres lo prohíbe, que no se exponga a ninguno de los nacidos. Es necesario, en efecto, poner un límite numérico a la procreación. Y si algún niño es concebido por mantener relaciones más allá de estos límites, antes que surja la sensación y la vida, se debe practicar el aborto (ἄμβλωσιν), pues la licitud y la no licitud de éste será determinada (τὸ γὰρ ὅσιον piadoso, permitido en un sentido sagrado; καὶ τὸ μὴ, y lo contrario; διωρισμένον, delimitar) por la sensación y la vida (αἴσθησιν καὶ ζωὴν)»1. Aisthesis significa el conocimiento sensible, el primer momento de todo conocer, volcado sobre las cosas y no sobre los conceptos. Y en cuanto al concepto de vida, Aristóteles lo circunscribe al hecho puramente biológico: «Ahora bien, entre los cuerpos naturales los hay que tienen vida y los hay que no la tienen; y solemos llamar vida a la autoalimentación, al crecimiento y al envejecimiento»2. De esta forma, Aristóteles establece que lo piadoso o lícito es realizar el aborto antes de que haya vida, equiparada a sensación, en el marco del desarrollo del feto. La licitud viene dada por la tradición sagrada más que por la ley positiva (no utiliza el término nomos para ley).

 Lo que da la vida a los seres animados es el alma. Pero ¿qué alma? Aristóteles diferencia tres facultades del alma: la vegetativa, que es la que proporciona las funciones básicas, como el nacer, el nutrirse o el crecer; la sensitiva o motórica, en la que se enmarcan las sensaciones y el movimiento; y, por último, la intelectiva. En las plantas se da solamente la primera, en los animales las dos primeras y en los hombres las tres3. Para que algo se desarrolle es necesario que contenga en sí mismo aquello que le haga nutrirse y crecer («pero es necesario que se forme primero aquello que contiene el principio del crecimiento, pues, sea planta o animal, esa capacidad nutritiva está igualmente presente en todos»4). Por ello, las plantas tienen vida y la manifiestan a través de su proceso de desarrollo, los animales añaden a ello su capacidad de movimiento y los seres humanos suman a todas su intelección. De la misma manera, el feto en un primer momento posee la capacidad de su propio desarrollo, en un segundo momento se desarrolla su cuerpo hacia la fijación de sus capacidades motóricas y la constitución de todos sus miembros, y cuando ya está formado sobreviene la capacidad superior de la racionalidad. La persona surge cuando aparecen todas ellas.

domingo, 13 de mayo de 2012

¿Qué es el 15M?

Indignación, rebelión, indiferencia, aceptación. ¿Para qué hemos delegado nuestra opinión/poder a los políticos? Durante estos días vuelve a renacer en cada uno de nosotros un debate que constituye la raíz de toda actitud política. Platón afirmaba que para tener ciudadanos, que ejercerán los cargos públicos más tarde o más temprano, hemos de dotarlos de una formación especializada basada en lo que no pertenece a la política sino al ser: la justicia, el bien, el valor,… El problema es que él creía que era posible acercarse a la definición de todos estos conceptos, y que el que más cerca estuviera de ella sería el mejor como ser humano y como político, que sería el filósofo-político. Hoy nos volvemos a preguntar lo mismo ante el grito mudo del 15M en la Plaza del Sol. Volvemos a enfrentarnos ante nosotros mismos, volvemos a tener que decir que lo económico mercantilizado solo constituye a la persona como sujeto de necesidades utilitarias, pero que estas no son lo único que la persona desea de sí misma, y que no hemos delegado su conversión en sujeto de usos monetarizados. El sujeto no es la moneda que el mercado invierte/recorta para su subsistencia/ prosperidad. El 15M nos despierta, aunque sea momentáneamente, y desde nuestro sofá de casa. Nos pregunta qué queremos de la política. Aquí desde donde escribo, en la comunidad valenciana, se ha aceptado la corrupción y el engaño como algo casi normal en el funcionamiento de la política y del mundo económico. ¿Para qué vas a hacer nada si ellos harán lo que quieran? Se ha establecido un abismo entre el ellos y el nosotros. Ellos son todos iguales. Nosotros también. Nosotros somos como ellos, también quisimos un enriquecimiento rápido, somos tan causantes como ellos de lo que pasa. Da igual, el PSOE y el PP están igual de corruptos, así que la corrupción es la política en sí misma. Y la gente ya parece que no utiliza el voto para castigar la inmoralidad pública, sino para revalidar sus propias creencias sectarias y su propio sentido de autoinculpación. Se vota contra el otro para defender al que está en mi bando. Pero el voto no es más que una forma institucionalizada de expresar una opinión, cuya conversión en poder da sentido al sistema. El voto en sí es un engaño necesario. Supone la supervivencia del mejor de los sistemas políticos existentes, pero al mismo tiempo constituye un reduccionismo que no puede sostener únicamente por sí mismo a todo el sistema. Dar el voto a un partido, no significa que ofrezcamos todo nuestras ideas a una entidad para que las administre. El voto cuatrienal es absolutamente insuficiente, porque reduce y confina la complejidad individual de lo que se quiere de la política a una institución que representa la univocidad del pensar. El partido político es una institución empeñada en pensar las cosas de una forma única, coherente, unida, sin fisuras, sin discrepancias, sin dialécticas internas, sin equivocaciones… es como el Uno divino. Es algo que ya no puede dar sentido a lo político en el siglo veintiuno. Pues lo político tiene que constituirse como una rebelión, un grito multipolar que rompa la aceptación inevitable de las ideologías del sometimiento. Es cierto que las cosas no se cambian desde la protesta, pero lo que cambia la protesta es el modo en que queremos pensar lo político. Y eso es también el 15M. Llamarnos a todos a crear un nuevo proceso educativo de la persona, que se busque primero a sí misma como sujeto y después que intente la política. En el mundo precristiano lo creían así, y Platón entre ellos. Sus dioses estaban tan profundamente situados en el interior de la persona, eran ella misma, que tuvo que ser un Dios brutalmente fuera de ella, aislado en la perfección, el que los destruyera y diera paso al sujeto político que algunos quieren ser hoy día.