domingo, 11 de febrero de 2018

El aborto en Atenágoras

Siguiendo con la serie de entradas sobre los autores antiguos y el tema del aborto abordo hoy un autor de los que en los textos eclesiásticos (y no eclesiásticos) nadie pone en duda su posicionamiento contra el aborto. Pero cuando se estudia mínimamente su terminología y su obra en conjunto, y se pone en relación con las teorías del feto formado y no formado, nos encontramos con que sus ideas no distan mucho de otros autores ya vistos en este mismo blog: la afirmación de su antiabortismo exclusivamente en relación con el feto formado. Cualquier afirmación sobre el aborto en los filósofos y teólogos antiguos (y modernos) ha de pasar necesariamente por valorar su posicionamiento en relación con las etapas de formación del feto y con el concepto de persona. La defensa o no de la vida no es una cuestión relevante, pues lo que está en juego es dónde empieza la persona y por tanto el sujeto de derechos. Atenágoras representa un buen ejemplo de cómo los análisis superficiales y adoctrinadores no dejan ver la verdad de sus afirmaciones.

Atenágoras fue un pensador cristiano de origen ateniense que vivió en el siglo II y que por tanto se formó en la filosofía griega, lo que se demuestra por el hecho de que firma su obra como «filósofo ateniense cristiano» y de que en sus textos se citan ideas y doctrinas de las diferentes corrientes filosóficas de la época. Únicamente se han transmitido dos obras suyas: Legación a favor de los cristianos (πρεςβεῖα περί χριστιανων) dedicada «a los emperadores Marco Aurelio Antonino y Lucio Aurelio Cómodo, arménicos, sarmáticos y, lo que es máximo título, filósofos», y Sobre la resurrección de los muertos, obra sobre la que se ha discutido mucho su autoría[1], pero se mantiene su atribución a Atenágoras ante la falta de pruebas determinantes para negarla.