domingo, 18 de agosto de 2013

Santo Tomás de Aquino y el aborto como pecado grave

En esta nueva entrada abordo un nuevo autor en relación con la concepción del aborto. Con Santo Tomás de Aquino (1224-1274) se alcanza la fundamentación teórica del concepto de animación retardada más elaborada, dado que la sitúa en el marco de toda su exposición teológica de una forma perfectamente cohesionada y coherente. Y será el concepto que básicamente se mantendrá hasta el siglo XIX. Para entender su noción del aborto veamos en primer lugar cómo va delimitando lo que es el alma y sus diferentes funciones.

Santo Tomás toma las ideas de Aristóteles de potencia/acto y materia/forma1 , y en función de ellas va a construir su concepto del alma y de la persona- Veámoslo a través de su obra fundamental, la Suma Teológica. Existen dos tipos de forma o sustancia, la material y la espiritual. La primera es propia de los animales y de las cosas y no puede ser separada de su cuerpo, pues obra por sí misma. El alma de los animales irracionales depende del cuerpo totalmente y se corrompe y muere con él. En cambio el alma humana, es una forma espiritual, inmaterial e inmortal, por lo que puede existir independientemente de la materia, puede ser y obrar por sí misma. El alma es una forma que no depende de aquello de lo cual es forma, el cuerpo, y en este sentido, es subsistente. ¿Existir fuera del cuerpo es un estado más perfecto? Para el alma no. «Pues bien, es evidente que, en el orden natural, las almas humanas son las ínfimas entre las sustancias espirituales. La perfección del universo exigía que hubiera grados diversos en las cosas. Así pues, si Dios hubiera dotado a las almas humanas de la intelección propia de las sustancias separadas, su conocimiento no sería perfecto, sino general y confuso. Para que pudieran conocer con propiedad y perfección las cosas, han sido ordenadas naturalmente a unirse a los cuerpos, para que puedan tener un conocimiento adecuado de lo sensible» (Sum. Teol. I, q.89 a.1). Su propia naturaleza le hace unirse al cuerpo, ahora bien, por su carácter inmortal puede conocer fuera de la corporalidad («resulta claro que el estar unida con el cuerpo y entender por medio de imágenes es mejor para el alma. Si bien puede existir separada y tener otro modo distinto de conocer», Sum. Teol. I, q.89 a.1). La única forma que tiene el alma de conocer el mundo natural de modo perfecto es estando en un cuerpo individual, pues separadas de él no alcanza la certeza.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Poemario 10

Lo que sé decir

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Sé decir la apertura de la gárgola,

la boca fabulada de un horizonte,

el día que incluye su tránsito,

el mito y su fonetismo,

y todas las enumeraciones de las cosas que pueda simular aquí mismo.  

Pero qué voz se escucha cuando firmo esto mismo o

cuando propongo la noticia de mi nombre en esto mismo.

La materia y sus sujetos son

el espectador que me aplaude durante la única histórica duración de esto.


Es la felicidad del aire.