domingo, 27 de noviembre de 2011

Filosofía del blog de un neófito bloguero

Desde mi bisoñez bloguera quiero iniciar un conjunto de reflexiones sobre este mundo bitacórico a partir del tratamiento breve de algunos temas que lo constituyen y cimentan. Mi viaje por la blogosfera es corto, por lo que serán también aproximativas, iniciales y probablemente equívocadas. Son impresiones dejadas desde la inmediatez telegráfica, revueltas, es decir, muy blogueras.
En primer lugar, el concepto de entrada o post y su lenguaje. Hay que precisar que hablo primeramente de un blog personal, atemático. Se trata de un decir breve, colocado para ser leído y comentado.  Debe imitar lo periodístico.


Un buen titular y un texto que digan claramente algo. Es un hablar a otro que está ausente. Por ello es un diálogo de uno hacia cualquiera. El que lee la entrada la contestará en función, entre otras cosas, de si ese lenguaje le resulta cercano, atractivo, le dice algo, le enseña, o si le es inteligible según el nivel de exigencia de comprensibilidad de cada uno.  Es el lenguaje que no cree más que en sí mismo, pues no sabe nada de su receptor. Quiere compartir, simpatizar, encontrar compañía, amigos (cuantos más, mejor), a partir de ofrecerse al desnudo, sin maquillajes de erudición. Por ello debe ser breve, para ser constante, diario (a veces he leído cómo se pedía perdón por haber entrado una gran parrafada), para permitir el paso rápido a otro blog. Debe entenderse como una constante presentación de alguien ante los demás para captar su amistad/comentario, y que solo debe provocar un interrumpir fugaz en el viaje por la web.  Este blog es la escritura de la vivencia superficial, aquella que interesa a los demás, aquella que permanece visible, pero que oculta otra, la que no pertenece a la blogosfera y que sí que existe en la amistad directa del diálogo de tú a tú.
Muy diferente es el lenguaje del blog temático. Es un decir especializado que sí espera conocer al otro. Quiere enseñar y adoptar alumnos/comentaristas. El blog personal toma los modos de la calle, este los de la escuela. Se trata de generar un círculo de opinión en torno al autor bloguero, como una especie de academia  en donde los discípulos asisten a una clase sin reglas ni currículos. Donde lo que se valora es el hacerse entender más que el complejizar los contenidos.
Con todo ello, este decir ¿crea formas propias, estilos diferenciados, o se limita a copiar e-->modelos de otros campos (el periodístico, el escolar, el callejero…) y a desfigurarlos? Por ahora solo veo esto último.

Algunos creen que el «bloguaje» supone la recuperación del lenguaje oral en su frescura y sensualidad y, al mismo tiempo, la explotación de las posibilidades de la escritura. Creen que el medio en sí generará por sí un nuevo tipo de lenguaje híbrido, abrazador de todas las formas de expresión (incluida la imagen y el sonido). Personalmente no he visto todavía una verdadera innovación estilística propia de la blogosfera (e insisto en mi inexperiencia), sino un lenguaje generalmente mal vestido con ropajes poco atractivos y con contenidos muy poco aportadores de innovación. La entrada es una manera de hablar alto, pero se olvida que la verdadera palabra surge del hablarse a uno mismo en el silencio de la lectura y que más tarde se prolonga en el escribirlo no para captar al otro, sino para provocar su pregunta y su silencio. Es un juego en el que el blog difícilmente puede entrar, tras esa brevedad frágil. A lo mejor lo que se busca es la inconsistencia, lo transitorio, una forma como otra de huir de la tenaz y constante interrogación del libro (de papel o electrónico).

Otros dicen que lo bueno del «bloguaje» es su libertad, su falta de condicionamientos, que su lenguaje no tiene reglas. ¿Una ilusoria manera de expresar que están fuera de la gramática oficial? Como si la normativa lingüística fuera el objetivo de una multinacional que intenta imponer su producto en el mercado. Como si el lenguaje no hubiera sido siempre lo que cada uno quiere hacer de él (cuya normatividad solo pretende que los demás puedan compartir su mensaje). Y por lo que conozco, todo esto le hace desembocar en la dispersión, en la falta de permanencia, en un decir simple, que no cree más que en la cercanía y que no mira más allá.

El comentario ofrece un panorama similar. Entrar y comentar se complementan y se dan sentido, uno debe al otro su existencia. La entrada debe entrar: pasar de fuera adentro a través de la mano y del ojo. Porque el ojo es el que es atraído por el diseño gráfico del blog, y la mano porque es la que cliquea a gran velocidad y debe detenerse allí (o aquí). Y el atractivo del blog debe impedir al dedo su inmediatez y al ojo su urgencia. Y lo hace como imagen y como semántica. Lo que se lee en la entrada no debe ser el resultado de una elaboración metódica y escritural, sino la consecuencia de lo que se piensa en ese momento. Hay que mantener un gran número de entradas para que el número de visitas sean diarias. La brevedad excluye la exhaustividad y la profundidad y falacita el viajar rápido por la blogosfera. Hay blogs temáticos más intensos, pero aún en ellos parece como si la expresión erudita o elaborado ha de ser disculpada. El texto debe estar situado entre imágenes y fondos que no impidan su lectura, sino que la hagan atractiva. Atraer es el paso previo al entrar. Ya sé que este mismo post no es muy bloguero, es más bien una contraentrada. No es clara, breve, imitativa del diálogo oral, directa, explosiva. No podrá atraer mucho a los algoritmos de Google. Porque hay que figurar los primeros en la lista del buscador. Ese es el objetivo. Porque solo podrá ser leído de esta forma, si Google lo decide así. Hay que entrar para Google, primero, y después para el ojo y la mano. Hay que desarrollar estrategias de posicionamiento en los buscadores. Google debe exponer de tu blog una frase atractiva, un titular sugerente, para que la mano cliquee su enlace. Es un lenguaje que prima la fluorescencia, el flash, y toma de la publicidad su sentido.

No sé por cuánto tiempo continuaré aquí. Este lenguaje para ganar comentarios, amigos, para hacer que tu pequeño puesto de este mercado/blogosfera sea muy visitado, ofreciéndote como producto, me causa una cierta distancia. Ya os lo iré contando, eso sí, brevemente.

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