domingo, 9 de junio de 2013

El estado de los pensionistas y el de los políticos. La reforma de las pensiones

Y ahora toca a las pensiones. Están preparando otra de sus grandes mentiras. Al parecer el sistema es insostenible. Lo llevo escuchando desde que tengo uso de razón, y sobre todo, coincidiendo con épocas de crisis, porque durante las de vacas gordas, cuando el pelotazo y la emigración masiva, había cotizantes de sobra. Es cierto que ahora disminuyen los activos y hay que pagar a más inactivos, pero la solución pasa por desvincular el pago de las pensiones con las cotizaciones. La solución es desvincular las pensiones de la caja de la Seguridad Social y llevarlas a la de los presupuestos generales y engordar estos con una reforma fiscal que haga pagar a los que más tienen (y de paso, no estaría mal que pensaran nuestros políticos en legislar para poder traernos el dinero de los paraísos fiscales). Por otro lado, manteniendo la separación actual de ambos presupuestos, se podría aumentar el fondo de reserva hasta pasar el momento de crisis. También nos quieren colar que ahora vivimos demasiado, que la edad media de vida es muy alta y que la diferencia entre esta y la de jubilación es excesiva. Lo que me pregunto es por qué hemos conseguido vivir tanto ¿no será porque nos jubilamos a los sesenta y cinco?, ¿no ocurrirá que jubilándonos a los setenta, que es a lo que vamos, llegaremos a bajar la esperanza de vida, porque después de toda una vida trabajando nuestro estado de salud será mucho peor? No hay nadie que me conteste cómo es posible que tantos sectores laborales puedan seguir siendo realmente productivos a partir de los sesenta y cinco años. ¿Es posible que un maestro de infantil con 25 niños de tres años en clase y con 65 años sea productivo?, ¿y con la clase llena con alumnos de 14 años? ¿Es posible que una dependienta de unos grandes almacenes o los trabajadores de la hostelería, que pasan ocho horas de pie, continúen haciéndolo con más de sesenta y cinco años?, ¿qué sucede con las fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, bomberos… a esa edad?, ¿se puede estar trabajando a esas edades en el sector de la construcción?, ¿es conveniente que un conductor de autobuses, un taxista… continúe al volante a esas edades?

Lo que realmente sucederá es que a esas edades la productividad bajará, el número de bajas por enfermedad aumentará y el absentismo también lo hará de la misma forma, lo que provocaría un aumento del gasto farmacéutico y sanitario y, por tanto, el presupuesto del ministerio de Sanidad. A todo ello habría que añadir que la juventud tendría que retrasar su edad de incorporación a su primer empleo, ya que estaría ocupado por los «papas abuelos». Ello provocaría algo bueno, esos jóvenes tendrían que estar estudiando para ocupar el tiempo, pero como contrapartida aumentaría el presupuesto de gasto en educación. Si los jóvenes se incorporan más tarde a trabajar, deberían estar hasta edades avanzadas cotizando para conseguir el mínimo para la pensión, y así se justificaría su jubilación tardía. Seguimos siendo contribuyentes o cotizantes para una caja basada en una contribución desequilibrada, no somos personas con necesidades que el Estado debe contribuir a cubrir. 

Es mentira que en 2050 habrá 15 millones de pensionistas. Imagínense que dentro de 10 años se descubre una pastillita que cure el cáncer o el alzheimer, entonces habría más activos y más pensionistas. O puede pasar que una vez superada la crisis, venga otra oleada de emigrantes y además los españoles nos pongamos a tener más hijos, que desaparezca el paro, que aumente la productividad… Es imposible saber cómo estará la situación demográfica y económica más allá de unos pocos años. Una cosa son las proyecciones y otra las predicciones. Estas últimas son imposibles (no podemos conocer el futuro) y las primeras, lo único que hacen es establecer lo que será el futuro si se mantienen constantes las circunstancias sociales evolutivas que se han dado de unos años atrás hasta la actualidad, o sea, pensar que el futuro será igual que el pasado, una mentira más. Estas visiones caóticas ya las conocemos, nos las sacan siempre que quieren justificar recortes.

El comité de expertos (se llama así a aquellos especialistas nombrados a dedo por el partido político en el poder para que le den la razón, con razones expertas) ha dictaminado que el sistema es insostenible a partir de proyecciones, que como he dicho son mentira. Además vincula la revalorización anual de la pensión a la cantidad de dinero que haya en caja (el factor de revalorización anual), es decir, que vincula la vida de los mayores a la gestión política (perdemos su vinculación a un dato objetivo como era la inflación), pues la política económica será fundamental para que la caja tenga recursos. Los políticos pueden decidir engordar la caja de la Seguridad social con trasferencias de los presupuestos generales, y con ello las pensiones, o no hacerlo, y de paso engordar los sistemas privados de pensiones. Lo importante no serán las necesidades de la gente, su poder adquisitivo, sino las necesidades de los políticos, que decidirán cuánto dinero meten en la caja y cuánto dedican a otras cosas como, por ejemplo, a sostener la propia administración y sus prebendas o a subvencionar el café con churros del bar del Congreso de los Diputados. La caja para las pensiones estará a merced de sus decisiones e intereses. El otro concepto que manejan es el de la esperanza de vida (factor de equidad intergeneracional, en palabras expertas), lo que implica que cuanto más tiempo vivas, menos cobras. Así los expertos nos dicen que: “sugerimos evaluar la conveniencia de introducir incentivos adicionales a la prolongación de la vida laboral (envejecimiento activo) para que los trabajadores que así lo deseen puedan acceder a pensiones medias mayores”. Es decir, que dados los sueldos en este país será necesario trabajar mucho más allá de los setenta si queremos tener un jornal digno a final de mes ¿es esto humanamente posible? Se penaliza la longevidad, los viejos inactivos son caros, así que hay que abaratarlos.

Y si no, te haces un plan de pensiones. Otra gran mentira. En este país el salario más generalizado oscila entre 1000 y 1500 euros. ¿Cómo es posible detraer una cantidad mensual para pagar el plan? Después de pagar alquiler o hipoteca, gastos de alimentación, crédito del coche, teléfono, luz, agua…, si casi no llegas a fin de mes ¿de dónde sacas para el plan? Lo que quieren es abocarnos a unas pensiones míseras que, por cierto, serán menores en épocas de crisis, con lo que además también se empobrecerán no solo los pensionistas, sino los que dependen de ellos, los familiares parados que viven de los padres.


0 comentarios:

Publicar un comentario