sábado, 21 de enero de 2012

Magaupload o un nuevo mundo cultural

El cierre de Megaupload nos deja en manos del concepto de mercado y de libertad de las empresas que dominan la industria cultural y de los gobiernos que las secundan. Quieren eliminar a toda costa el poder del consumidor y su capacidad de exigir nuevos tipos de soportes para los productos culturales. No se trata de luchar contra la piratería sino de establecer un control sobre el uso que cada persona haga de los contenidos culturales. En Megaupload se almacenan todo tipo de materiales que no necesariamente proceden de la piratería. Luchar contra ella supone transformar la industria y la legislación de derechos de autor para adaptarlas a los nuevos formatos y a las nuevas formas de intercambio entre los usuarios. Darnos productos que expresen los costes reales en esos nuevos formatos. Se trata de desmontar el concepto de industria cultural como un sector dominado por un entramado de empresas que se rigen por las leyes del mercado y ejercen su poder en función de ellas, y transformarlas en un espacio de intercambio de productos abierto a todo el mundo, en el que cada uno pueda constituirse en autor y consumidor, y en el que esas empresas únicamente se constituirían en instituciones que filtrarían de acuerdo con criterios culturales los productos que volcaran en la red. En el caso del libro, las editoriales, por ejemplo, no serían más que una marca que garantizaría que ese producto ha sido leído, criticado y avalado en función de criterios artísticos o de calidad investigadora y vendido bajo su tutela. La piratería no es un modo de robar, sino un modo de revolucionar la relación de cada individuo con el hecho cultural, en la que la mediación del mercado como espacio económico y de poder político, tiene que redefinirse.

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